En estos primeros días
del mes de septiembre se abre el debate sobre si quitar o no la tarjeta
sanitaria a los extranjeros irregulares en España. Yo de verdad estoy harto del
todo gratis, y en este caso concreto me decanto por una opción y la argumento
desde el plano de igualdad y desde el más absoluto de los respetos, conste, más
que nada porque alguno me tachará de racista, seguro.
Publicado en EL CONFIDENCIAL DIGITAL el 17/09/2012
Desde que se anunció en
todos los medios de comunicación junto con otras medidas de ahorro o recortes,
que no es lo mismo que lo diga uno de un partido o de otro, la supresión de la
tarjeta sanitaria a los inmigrantes (o extranjeros) sin papeles (sin
regularizar o en situación en España alegal), resulta que se han alzado voces
de partidos y colectivos atacando tal decisión del Gobierno de España, diciendo
que si van a quedar desamparados, etc..
Lo primero que hay
que decir es que el artículo 14 de la Constitución Española dice más o menos
que todos los españoles son iguales ante la ley, sin distinción de … y por
extensión a los extranjeros que se encuentren en territorio español.
Eso significa que
somos iguales en derechos y en obligaciones, en los dos, quede claro. Pues
bien, cualquier español o extranjero que trabaje en España, tanto en empresa
privada, pública o sea funcionario paga una parte de su sueldo para varios conceptos,
a saber:
1.
Para
el día de mañana poder recibir una pensión de jubilación, bien sea a través de
la Seguridad Social o de Derechos Pasivos, los funcionarios.
2.
Otra
parte va para la prestación sanitaria a través de la Seguridad Social,o Muface,
Isfas o similares.
Insisto que esto lo
pagan todos los españoles y extranjeros que trabajan en España, para que o se
olvide el lector, antes de lo que voy a decir a continuación.
Los Servicios
Sanitarios tienen unos gastos que podríamos determinar a grandes rasgos en
varios conceptos: Edificios donde se prestan, los Hospitales, que cuestan una
pasta, de hecho cuestan tanto que no hay todos los que debería, e incluso hay
zonas en nuestro país donde el hospital más próximo está por encima de los 100
km. de distancia, y algunos como los de Salamanca que atienden a pacientes de
provincias limítrofes como Zamora, Ávila y Cáceres.
Además esos edificios
hay que amueblarlos, con camas propias de hospital que cuestan algo más que las
de nuestras casas, con toda la parafernalia hospitalaria que lleva consigo una
habitación de un hospital, los Centros de Control de Enfermería, con todo el
equipo médico e informático, el instrumental, los quirófanos, y un larguísimo
etc., que culminaría con el mismo mantenimiento interior y exterior que ya en
sí es un gran gasto, además de las comidas.
Para colmo, hay unos
gastos de personal, funcionario, por cierto, al que últimamente lo han sableado
(aprovecho para decir que yo también lo soy), y claro todo eso hay que pagarlo.
Y quién lo paga, sería la pregunta, pues los trabajadores de este país, los
españoles y extranjeros que trabajan en este país.
Y ahora vienen y
dicen ciertos partidos políticos y colectivos que los extranjeros ilegales, no
regularizados o alegales, como se quiera decir, no se les puede exigir la
tarjeta sanitaria. Vamos a ver, ellos como los demás tienen que pagar los
servicios sanitarios, que no son gratuitos, ya vale del todo gratis, ya está
bien. Tienen que pagar, como pago yo, como paga todo español y extranjero que
trabaja.
No se puede buscar a
cierta persona, con tal o cual enfermedad crónica y enseñarla en este o aquel
programa o cadena de Televisión para dar pena. El extranjero está aquí por su propia
voluntad, nadie le obligó a venir, y siempre que quiera puede repatriarse para
que en su país le puedan atender esa enfermedad que padece, es más sólo tiene
que presentarse ante la Policía y esta hará los trámites oportunos para
expulsarle del país, pagando su billete de avión, faltaría más.
Y luego quiero
puntualizar dos casos concretos, el primero de ellos es el del médico que
ejerce su profesión en cualquier hospital del país, y que dice que él le va a
atender tenga o no tarjeta sanitaria. Pues yo le diría que me parece muy bien
que lo haga, es más, le animo a hacerlo, e incluso yo, en mi ciudad, le
llevaría a que lo atendiera en mi propio coche si fuera necesario, pero que no
lo haga en el Servicio Público de Salud, con los medios públicos, ni que lo
haga en su jornada laboral, que no se le paga para eso, sino para que atienda a
los que pagamos el servicio público de salud, que lo haga en su consulta
particular por las tardes, con sus medios y su tiempo. Pero qué pasa, que no
gusta que un extranjero pase por su consulta particular donde en vez de ser
norteafricano pasaría a ser moro, en vez de ser subsahariano pasaría a ser
negro, y en vez de ser iberoamericano pasaría a ser panchito, pues son las
mismas personas y con los mismos problemas, señor médico “altruista” en horas y
con medios que pagamos los demás.
El segundo de los
casos es de un señor que vi en un programa de televisión, un señor bien
vestido, con gafas graduadas, recuerdo, pues este señor, subsahariano, abogaba
por seguir con el todo gratis de asistencia sanitaria para los extranjeros
ilegales en España. Pero hubo una cosa graciosa, una pregunta, que le hizo una
periodista, muy lista ella, a la que le dio pie supongo su forma de vestir, su
cuidado lenguaje del español, y que había dicho que llevaba muchos años en
España. La pregunta en cuestión era que de qué vivía durante todo ese tiempo.
El citado señor escabulló como pudo la cuestión y dijo que con ayuda de familiares
y amigos (durante años). Qué buena es la solidaridad humana, sobre todo si es
de familiares y amigos. Señores lectores, no sé si habrán notado mi quina al
relatarles esto, pero se lo aclaro. Un extranjero, cuando llega a España,
recibe el “salario social” en algunas comunidades autónomas, o renta de
inserción social o como se llame, que es un dinero que se le da para que viva sin
trabajar. Además se le da dinero por reagrupación familiar, por ejemplo traer a
su esposa, y si es musulmán tantas veces como esposas, pero son moderados, sólo
lo hacen dos veces. Y otro tanto por hijo, aunque los hijos sean de una paisana
suya que se los presta para la inspección de la institución que le da el
dinero. Así, entre esto y lo otro, tiran años viviendo sin trabajar, porque los
familiares y amigos (nosotros los españoles y extranjeros que trabajamos) les
ayudamos a integrarse en nuestro país.
Además no pagan ni un
duro de impuestos, salvo los indirectos, para comprar tabaco, móviles,
ordenadores etc, de los cuales no pueden zafarse, y la comida de los comedores
de los colegios a sus hijos les salen gratis, y no pagan un duro tampoco por
las recetas de medicamentos. Que lo sepan.
Así que eso, ahora vas y
lo cascas.
Llegamos al final del camino. Lo todo gratis, digo lo pagado por todos disfrutado por algunos llega a su fin. En este pais como siempre estamos en extremos, nos pasan estas cosas.
ResponderEliminarHace muchos años que existe el "turismo sanitario". Eso ha costado muchos miles de millones,por si no lo saben.
ResponderEliminarYa esta bien de hacer los imbeciles,(por decirlo de forma suave) un dia u otro habia que poner coto a tanto desman y ha llegado la hora. Ojala y se hubiera tomado esa decision hace años, nos habriamos ahorrado muchos de los sinsabores que estamos teniendo ahora.
Gracias Jhuno